Colocarle a la etiqueta "veuve" a la botella de champán le dio un estatus particular a la bebida/ Foto: Cortesía Getty Images |
La región de Champaña en Francia es famosa por su champán, una bebida de lujo que se convirtió en un símbolo de celebración y sofisticación.
Lo que muchos no saben es que algunas de las principales innovaciones en la producción y comercialización del champán se deben a la creatividad e ingenio de mujeres viudas que lideraron la industria en el siglo XIX.
En esa época, el Código Napoleónico prohibía a las mujeres tener su propio negocio sin la aprobación de su esposo o padre.
Sin embargo, las viudas estaban exentas de esta regla, lo que les permitió convertir sus viñedos en imperios y transformar la industria del champán, cambiando para siempre cómo se produce y se comercializa.
Barbe-Nicole Ponsardin, también conocida como la viuda Clicquot, es un ejemplo destacado de este fenómeno.
Cuando su esposo murió en 1805, dejándola viuda a la edad de 27 años, ella se hizo cargo del negocio familiar, que en ese momento estaba en problemas financieros.
Como se quedó sin dinero para el negocio, le pidió a su suegro el equivalente a US$ 885.000 hoy en día.
"Increíblemente, su suegro, aceptó", explica Tilar Mazzeo, historiadora cultural y autora de "La viuda Clicquot".
Barbe-Nicole cedió su estatus de viuda como herramienta de mercadeo y la casa de champán se convirtió en Veuve Clicquot-Ponsardin, que en francés, la palabra "veuve" significa "viuda".
El colocarle la etiqueta "veuve" a una botella le dio un estatus particular a la bebida y otros productores de champán pronto siguieron el ejemplo.
"Las compañías que no tienen a una viuda como cabeza del hogar crean un tipo de marca informal, como un veuve extraoficial, para poder aprovecharse de esa tendencia", explica Kolleen M Guy, autora de "Cuando el champán se volvió francés: el vino y la creación de una identidad nacional" y presidenta de la División de Artes y Humanidades de la Universidad de Duke Kunshan en Jiansu, China.
Louise Pommery y Lily Bollinger son otras dos mujeres viudas que transformaron la industria del champán en el siglo XIX.
Louise Pommery, por ejemplo, fue pionera en la creación de un champán seco, que se ha convertido en el estándar para la bebida.
Lily Bollinger, por su parte, transformó la marca Bollinger en un producto de lujo que se ha asociado con el cine de Hollywood, gracias a la películas del súper espía James Bond.
En la actualidad, la región de Champaña continúa siendo un centro importante de producción de champán, con más de 200 kilómetros de bodegas que albergan millones de botellas.
Aunque ya no son exclusivamente las viudas las que lideran la industria, su legado sigue vivo y continúa inspirando a las mujeres a perseguir sus sueños y alcanzar el éxito en una industria que -históricamente- ha estado dominada por los hombres.
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