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La gastronomía mexicana: Una explosión de sabores y colores



El arte culinario de México se carateriza por una amplia variedad de sabores de sabores y colores/ Foto: Cortesía Shutterstock

La gastronomía mexicana es una de las más variadas y ricas del mundo; con una historia de más de 7.000 años, la cocina mexicana es el resultado de una mezcla de culturas, tradiciones y productos autóctonos.

La cocina prehispánica se caracterizó por la utilización de ingredientes como el maíz, los frijoles, el chile, la calabaza, el tomate y el aguacate.

Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, el arte culinario mexicano se enriqueció con la introducción de nuevos ingredientes, como el trigo, el cerdo, la res y el pollo, así como con nuevas técnicas de preparar la comida.

El mole poblano/ Foto: Cortesía Gobierno de México

Comida picante y colorida

La gastronomía mexicana se caracteriza por la diversidad de sabores y colores de sus platillos.

Los mexicanos son conocidos por su pasión por los sabores picantes, y es que el chile es uno de los ingredientes principales de la cocina azteca.

Los chiles se utilizan en diferentes presentaciones, ya sean frescos, secos, en polvo o en salsas.

Además, su culinaria es famosa por sus sabores agridulces, que se lograron a través de la combinación de ingredientes como la fruta, el vinagre y el azúcar.

También destaca el uso de hierbas y especias, como el cilantro, el comino, el orégano y la canela, que aportan un sabor único a los platillos.

Una de las comidas más representativos de su cocina es el mole, un guiso que se elabora con chiles, semillas, frutos secos, chocolate y otras hierbas y especias.

El mole se sirve con pollo o carne de cerdo y es un platillo que combina a la perfección los sabores picantes, dulces y salados.

Tacos de pescado con cebolla morada/ Foto: Cortesía Adobe Stock

Otro plato que no puede faltar en la mesa mexicana es el taco, un antojito que consiste en una tortilla de maiz rellena de carne, frijoles, verduras y salsas.

Los tacos se pueden encontrar en diferentes presentaciones, desde los tradicionales al pastor hasta los rellenos de mariscos.

Un abanico de bebidas acompañan las comidas

Igualmente su cocina es conocida por su amplia variedad de bebidas, como el tequila, el mezcal y la cerveza.

El tequila es una bebida destilada a partir del agave azul, originaria de la región de Jalisco. 

El mezcal, por su parte, se elabora a partir del agave, pero puede ser de diferentes variedades y se produce en diferentes regiones del país.

La cerveza también es muy popular en México, siendo las marcas más conocidas la Corona, la Tecate y la Modelo.

La cocina mexicana es muy diversa y variada, y cada región del país tiene sus propios platillos y sabores característicos.

Por ejemplo, en la región de Oaxaca se pueden encontrar platillos que llevan chapulín, un insecto que se utiliza como ingrediente en algunos guisos, y el queso oaxaqueño, que es bastante fresco y suave y se usa en varios platos.

Una receta para preparar el mole poblano

Se necesitan los siguientes ingredientes:

- 500 gramos de chiles mulatos
- 750 gramos de chiles pasillas
- 750 gramos de chiles anchos
- 450 gramos de manteca de cerdo
- 5 dientes de ajo medianos
- 2 cebollas medianas rebanadas 
- 250 gramos de almendras peladas 
- 250 gramos de pasitas 
- 200 gramos de ajonjolí tostado 
- 150 gramos de cacahuates pelados y tostados 
- 100 gramos de nueces peladas 
- 50 gramos de piñones pelados 
- Un trozo pequeño de canela en raja 
- Un clavo entero 
- Un poco de anís estrellado 
- Una pizca de comino molido 
- Sal al gusto 
- Agua suficiente para cubrir los ingredientes 
- 250 gramos de chocolate amargo o chocolate para mole.

El procedimiento para hacer el mole poblano es el siguiente:

1. Se limpian los chiles quitándoles las venas y las semillas. Se ponen a remojar en agua caliente hasta que se suavicen. 

2. En una cazuela grande se calienta la manteca y se fríen los ajos y las cebollas hasta que estén dorados. Se reservan. 

3. En la misma manteca se fríen ligeramente los chiles remojados, cuidando que no se quemen. Se escurren y se reservan. 

4. En la misma manteca se fríen las almendras, las pasitas, el ajonjolí, los cacahuates, las nueces y los piñones hasta que estén dorados. Se reservan. 

5. En un molcajete o en un procesador de alimentos se muelen la canela, el clavo, el anís estrellado y el comino hasta obtener un polvo fino. 

6. En una licuadora o en un procesador de alimentos se licúan los chiles fritos con un poco del agua en el cual se remojaron, hasta obtener una pasta homogénea. 

7. En otra licuadora o en un procesador de alimentos se licúan los ajos y las cebollas fritas con un poco del agua en la que se remojaron los chiles, hasta obtener una pasta homogénea. 

8. Se licúan las almendras, las pasitas, el ajonjolí, los cacahuates, las nueces y los piñones con un poco del agua donde se remojaron los chiles, hasta obtener una pasta homogénea. 

9. En una olla grande se pone a calentar el resto de la manteca y se agrega la pasta de chiles. Se fríe a fuego medio, moviendo constantemente, hasta que cambie de color y suelte el aceite. 

10. Se agrega la pasta de ajos y cebollas y se sigue friendo, moviendo constantemente, hasta que se integre bien con la pasta de chiles. 

11. Se coloca la pasta de almendras y frutos secos y se sigue friendo, moviendo constantemente, hasta que se integre bien con las otras pastas. 

12. Se le echa el polvo de especias y sal al gusto y se mezcla bien. 

13. Se agrega el agua suficiente para cubrir el mole y se deja hervir con poca llama, tapado, durante una hora o hasta que espese y tome un color oscuro. 

14. Se agrega el chocolate rallado o en trozos pequeños y se mezcla bien hasta que se derrita y se incorpore al mole. 

15. Se prueba el sazón y se ajusta si es necesario. El mole poblano está listo para servirse sobre la carne de tu preferencia, ya sea guajolote (pavo), pollo u otra carne cocida o asada. Se acompaña con arroz blanco y tortillas calientes. ¡Buen provecho!

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